Este 28 noviembre 2023 en la Sociedad Cultural José Martí tuvo lugar el homenaje póstumo al gran amigo de Cuba y de todos los martianos Maestro Daisaku Ikeda. El encuentro fue organizado por la Oficina del Programa Martiano y su sistema institucional para despedir al Maestro Ikeda, presidente de Soka Gakkai Internacional, fallecido el pasado 15 de noviembre, en Japón, a los 95 años de edad.
Estuvieron presentes el Dr. Eduardo Torres-Cuevas, Director de la Oficina del Programa Martiano y presidente de la Sociedad Cultural José Martí; el Dr. Héctor Hernández Pardo, Subdirector General de la Oficina del Programa Martiano, coordinador del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional; la Dra. Marlene Vázquez Pérez, Directora del Centro de Estudios Martianos; y la Licenciada Dinorah González Villar, Secretaria Ejecutiva de la Sociedad Cultural José Martí.
También se agradeció la presencia de la Dra. Eloísa Carreras Varona, compañera de la vida del Dr. Armando Hart Dávalos y directora del Proyecto Crónicas; la Cra. Joannet Delgado, presidenta de la Soka Gakkai en Cuba; María de los Ángeles Pérez, funcionaria de la Oficina de Asuntos religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba; y Graciela Rodríguez, histórica jefa de despacio del Dr. Armando Hart Dávalos; así como la presencia de trabajadores y colaboradores de instituciones martianas, miembros de la Soka Gakkai en Cuba y representantes de otras instituciones religiosas cubanas.
Antes de proceder a la firma del libro de condolencias habilitado para la ocasión, el Cro. Héctor Hernández Pardo realizó la intervención central del evento, la cual se comparte a continuación, como testimonio de los lazos históricos que han unido al Maestro Ikeda y a la Soka Gakkai con Cuba y especialmente con el Programa Martiano y la Conferencia Internacional POR ELE QUILIBRIO DEL MUNDO:

Dr. Eduardo Torres Cuevas, Director de la Oficina del Programa Martiano, Presidente de la Academia de Historia de Cuba, Presidente de la Sociedad Cultural José Martí y Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Compañeros directivos de las instituciones martianas que nos acompañan y de la Soka Gakkai en Cuba.
Compañeras y compañeros aquí presentes en este acto de homenaje póstumo al maestro Daisaku Ikeda, quien fue un respetado y gran amigo de Cuba y de la Oficina del Programa Martiano y su sistema institucional, y al mismo tiempo el intelectual japonés budista que más ha estudiado y se ha adentrado en el pensamiento del Apóstol de la Independencia de nuestro país y Héroe Nacional José Martí.
A tal punto que, siendo como era un gran lector y hombre de cultura, en algún momento comentó que no había conocido pensador occidental alguno más cercano a los más hermosos principios del budismo que José Martí.
Cuando Ikeda visitó a Cuba por primera vez en 1996, él narró que “al ver con sus propios ojos el mar que baña a la Isla, aquellos árboles y flores, ciudades y colinas, aquel cielo y sus estrellas, ese atardecer y esas gentes alegres y magnánimas que tanto había amado Martí, entonces se dio cuenta de que estaba en el suelo martiano, y que Martí palpitaba y vivía en cada aspecto de la vida cubana”.
Para el Maestro Ikeda esa impresión fue convirtiéndose en una certeza a medida que pudo conversar con diversas personalidades de este país e, incluso, dialogar extensamente con el presidente Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana.
Esas experiencias, y la enjundiosa obra que consagró a José Martí titulada DIALOGO SOBRE JOSÉ MARTÍ, EL APÓSTOL DE CUBA, libro que escribió junto con nuestro querido Cintio Vitier, le permitió definitivamente profundizar en el pensamiento del Héroe Nacional y, de hecho, convertirse en una figura referente de los estudios del ideario del más universal de los cubanos.
Para Ikeda, que siempre se planteó como objetivo fomentar el amor entre los seres humanos, la armonía, la solidaridad y la paz, y que fue un hombre extraordinariamente culto y de exquisita sensibilidad, no le fue en absoluto difícil entender a José Martí y admirarlo, como lo hizo.
Sus conclusiones acerca del valor y vigencia de pensamiento martiano, y del ejemplo de su vida, son verdaderamente fabulosas. “Confieso, dijo, que en José Martí pude encontrar una personalidad capaz de conciliar armoniosamente –o si se quiere de unir cual puente humano- lo autóctono y lo universal, la idiosincrasia nacional y la conciencia de la especie humana, el patriota y el ciudadano del mundo”.
Y halló en el ideario martiano un nuevo sostén para su gran objetivo contemporáneo: “Desde hace tiempo –expresó- vengo exhortando con cierta urgencia a establecer una universalidad interior como la que personificó Martí, que pueda contener y dar sustento al fenómeno actual de la globalización,”
Cuando él se planteó ahondar en la vida y obra de José Martí y escribir aquel libro fundamental con Cintio Vitier, sus pretensiones eran de un calibre humano extraordinario. Y así lo hizo saber, y cito: “desde lo alto del firmamento intensamente azul del Caribe, Martí se sentiría feliz de saber que este Dialogo engrandecerá y difundirá ampliamente la dimensión humana de su vida, no sólo en Cuba y en Latinoamérica, sino también en el resto del mundo, y que, de alguna manera, contribuirá a la creación de una nueva cultura global en este siglo XXI, cimentada sobre los pilares de un noble espíritu universal”.
Esas aspiraciones también explican porqué, desde el primer momento, la Soka Gakkai Internacional ha sido coauspiciadora e importante protagonista de las conferencias internacionales POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO, que se han convertido en los foros de pensamiento, de la sociedad civil, más grandes del planeta y que se celebran en homenaje a José Martí.
Y debemos decirlo con absoluta convicción y agradecimiento: ¡Ikeda quiso a Cuba y a su pueblo, fue un eslabón importante en los nexos de amistad entre Cuba y Japón, y fue un gran divulgador del pensamiento martiano, porque lo creyó útil a la Humanidad!
El recibió en vida altos honores en Cuba. En sus manos le entregó nuestro inolvidable fundador el Dr. Armando Hart Dávalos, la Orden Félix Varela de Primer Grado, la más alta condecoración que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba a los que sirven y se distinguen en el campo de la Cultura.
Entonces Hart, en sus hermosas palabras de elogio a Ikeda, tras expresarle que había tenido el privilegio de leer sus libros y que apreciaba enormemente su refinada cultura y su vocación de universalidad, subrayó la profunda coincidencia que tenía con él “en el análisis que hace acerca de la necesidad de promover la improspección y el desarrollo de las capacidades autorreflexivas de los hombres, las naciones y la humanidad.”
Fue el Maestro Daisaku Ikeda muy querido y admirado entre nosotros por su bondad, ideas, valores y liderazgo, y nunca olvidaremos que sentó las bases de nexos que ya son indestructibles entre la Oficina del Programa Martiano y su sistema institucional y la Soka Gakkai Internacional, lo que favorece trabajar juntos para mejorar el mundo, lograr la paz de manera permanente, el desarme nuclear, la defensa del medio ambiente, estimular el diálogo como la forma para superar cualquier conflicto y afirmar la hermandad entre los seres humanos y la solidaridad.
Razones sobran para explicar porqué nos reunimos aquí hoy para rendir homenaje póstumo a un amigo sincero: el Maestro Daisaku Ikeda, indiscutible figura mundial.
Tenemos la certeza de que su noble legado perdurará: en todas las personas de buena voluntad en el mundo; en los que desean hacer el bien; en los que luchan por la paz y la armonía entre los pueblos, en los que se guian por la solidaridad humana…y, claro está, en la perseverancia y el objetivo de Cuba de edificar una sociedad verdaderamente justa, materializando el sueño martiano de alcanzar una república que ponga “alrededor de la Estrella, en la bandera nueva, la fórmula del amor triunfante: con todos y para el bien de todos”.
Muchas gracias