Declarado Monumento Nacional de Cuba, se encuentra a 3 kilómetros de Nueva Gerona, por la carretera en dirección al hotel El Colony, en la Isla de la Juventud, anteriormente conocida como Isla de Pinos. Pertenece al circuito de museos directamente vinculados con la vida de José Martí en Cuba, debido a que fue un cálido refugio para el Apóstol durante 1870 cuando apenas tenía 17 años de edad.
Toma su nombre del espacio que ocupa, en un abra ubicada entre dos de las montañas de la Sierra de las Casas. Es una finca que muestra la vida y costumbres en las haciendas de la época. Se conserva en perfecto estado, al igual que su cocina independiente, el granero, la cochera, el patio, tanto como el viejo acueducto que abastecía de agua a la edificación. Se pueden apreciar incluso los muebles y habitaciones antiguos y documentos que explican la vida de José Martí Pérez en la Isla, en la que permaneció dos meses y cinco días, ocupando la primera habitación del segundo cuerpo que formaba la residencia. También se pueden apreciar algunos de sus objetos personales.
Fue acogido filialmente por José Sardá, el dueño de la hacienda que la construyó en 1869. Se interesó por Martí, que estaba muy enfermo por la tortura del grillete y las quemaduras de los ojos producidos por el polvo de la cal de la cantera de San Lázaro en La Habana donde le obligaban a realizar trabajos forzados encadenado de sol a sol. Condenado por enfrentarse al colonialismo español, el joven recibiría luego un indulto de su condena a cambio del confinamiento en la isla, por lo que José Sardá decidió traerlo. Aquí le dio atención y le trató como hijo suyo, hasta que fue deportado hacia España.
Este Sardá era amigo del Gobernador General de Cuba, y tenía la Orden de Caballero de Rosas. Era persona muy influyente en los medios oficiales de la Colonia.
El joven Martí fue recuperando su salud y convivió con la familia de Sardá como un huésped, no como prisionero. Aquí Martí mantenía charlas educativas con los hijos de la casa, escribía y ayudaba a Sardá en su correspondencia y gestiones en la Isla.
Solo tenía una responsabilidad y una obligación, como todos los deportados políticos relegados entonces a la Isla por diferentes motivos relacionados en la Guerra del 68, de presentarse al pase de lista todos los domingos a las 9 de la mañana en la plaza de la villa, que hacían los funcionarios de la colonia penal.
Cada 18 de diciembre en la Isla de la Juventud se conmemora la fecha en que José Martí culminó su breve período de estancia en esta isla. Para los que hayan nacido o viven en ella, la estancia del Maestro o El Apóstol en su tierra es un elemento identitario de gran presencia, así como las visitas de otras personalidades de la historia de Cuba estrechamente vinculados con el ideario de José Martí. Así, por ejemplo, en los libros de firmas de los visitantes del Museo pueden encontrase la de Fidel (10 de febrero de 1960), Camilo (17 de febrero de 1959), el Che (1962).